23.7.08

Ser hembra exige coherencia

Una frase que siempre he sostenido, y que he tratado de vivir es esta: “la hembra que llevo dentro, me exige vivir en forma coherente con ella. No soy una hembra teórica”. Esto significa, que no es un adorno en mi forma de ser ni una exentricidad, sino un rasgo propio y constitutivo de mi personalidad. Y como tal, debo hacerlo crecer, madurar, integrarlo con el resto y vivir de acuerdo a lo que soy.

Ser hembra, no es una característica más, sino una característica que cambia mi comportamiento, que me hace distinto incluso a otros homosexuales, y que cambia mi forma de ser con respecto a otro hombre. Pero el papel del hombre activo es fundamental, en este proceso de cambio y adaptación a esta forma de ser. El activo debe tomar conciencia clara de su papel y de lo que supone ser macho, pero a su vez, consciente de las transformaciones que va provocando en el otro. No todos los activos son machos, y por eso me gustaría hacer la distinción. Creo que macho activo, es aquel que busca en otro hombre, un complemento a su forma de ser.

El macho es un hombre con unas características psico-sexuales determinadas, que busca en otro hombre unas características complementarias. Creo básicamente que el macho es un falocéntrico en la relación, y busca a un anocéntrico como lo es el pasivo. Con esto sólo quiero significar, hacia donde se orientan los centros de placer en uno y otro hombre, aunque sostengo que esto está asociado a características psicológicas muy marcadas, que explicarían el desplazamiento hacia un centro u otro. Algunas de esas características en el macho pueden ser: la necesidad de dominio; la necesidad de vivir el sexo externamente; el ser más agresivo (que no quiere decir ser violento); el gustarle “marcar su territorio” de alguna forma etc. etc. etc. El macho activo, busca alguien igual (a un hombre), pero que tenga características complementarias. El tema, es que en función de vivir su vida, el macho va provocando cambios en nosotros. A veces sin darse cuenta y otras veces en forma consciente.

Lo que siempre me he preguntado como pasivo, es ¿hasta donde un macho activo, se da cuenta de los cambios profundos que va provocando en nosotros? ¿qué cambios le gusta provocar? ¿le da placer provocar esos cambios? ¿se propone provocarlos? ¿valora los cambios que va provocando en nosotros? ¿sabe que muchos de ellos nos cuestan mucho? Ese papel preponderante del activo en nuestra transformación (que es permanente y contínua), es un tema que lo considero muy importante, pero no lo suficientemente hablado ni estudiado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo pienso, y no incluyo a todos los activos por supuesto, que en general no tienen idea. El macho va, ataca, come, satisface su necesidad. A veces te cambia, a veces te daña, pero en general no es consciente. Es macho, cumple un rol, disfruta de sentir que te hace, que existís para el durante un rato.

Obviamente, el macho sensible es diferente. Pero el macho típico, no pierde energía en reflexiones...

LaDivinaDiva dijo...

Me fascino tu blog y tu forma de ver las relaciones.

Si puedes pasa por el mio
es Trans*

http://divarios.blogspot.com

Anónimo dijo...

Yo soy activo muchos años, pero recién hace poco he tomado conciencia de lo excitante que es transformar a tu pareja en una hembra completa. Antes me preocupaba que mi pareja no eyaculara durante la relación. Ahora entiendo que no es que no la satisfaga sino que su satisfacción es diferente y no se tiene que dar a través de la eyaculación. Me parecen muy interesantes tus comentarios. Mi correo es abraxas120@hotmail.es