22.3.09

Sobre las fantasías, en los Pasivos Totales

Mucho se escribe sobre fantasías sexuales, y en general las páginas de contactos piden a quien se inscribe en ellas, que exprese sus fantasías. En el imaginario colectivo, las fantasías aparecen como deseos a realizar en un largo plazo, o directamente como deseos irrealizables. En algunos casos son la expresión de un estado ideal, al que nunca se va a poder alcanzar. Vista desde ese punto de vista, no deja de ser frustrante que alguien desee algo y piense que va a ser imposible de alcanzar. Pienso que las fantasías sexuales, son un disparador imprescindible del erotismo. Y como tales, cumplen una función que está directamente relacionada con el deseo.

Mi concepto de fantasía, con respecto a los hombres pasivos totales, en muchos casos tiene aspectos irrealizables. Si bien creo que la fantasía es un disparador erotismo y del deseo imprescindible, ésta para nosotros debe operativa. En este sentido, mi noción de fantasía se aproxima más, a un deseo que se debe concretar, pero como muchas veces no se puede lograr por diversos impedimentos, la solución es encontrar una forma simbólica de concretarla.

En este sentido, y para ser más claro, mi noción de fantasía se aproxima mucho a la idea que tienen los joyeros. Cuando una persona pasa por una vidriera, y ve un anillo muy caro para sus posibilidades y no lo puede alcanzar, muchas veces concreta su deseo en una “fantasía”, comprando otro anillo que no es idéntico pero que es mucho más económico y está a su alcance. Lo disfruta, lo admira, goza de tenerlo en su mano, aunque sabe que no es el original. Ahí su deseo se hizo operativo, porque no quedó sin nada y concretó gran parte de su deseo.

En la vida sexual de un hombre pasivo total, pasamos muchas veces por situaciones similares. El hecho de sabernos y sentirnos hembras, de por sí dispara una serie de fantasías irrealizables. Si bien dependen de cada pasivo, y en este sentido no me cansaré de decir que no hay una sola forma de vivir la pasividad, muchos expresamos nuestro lado hembra a través de nuestro cuerpo de hombre. Y muchas veces, deseamos concretar cosas, y sin embargo no podemos hacerlo. Es en este sentido, que lograr la forma de concretar esa fantasía, nos va a evitar una frustración.

Veamos un ejemplo, para concretar lo anterior. Consideremos la situación de dos hombres casados, (pasivo y activo en nuestro caso), en donde el pasivo desea cumplir la fantasía de “casarse” con su pareja activo. En la realidad es imposible. Pero si esa es su fantasía, debe hacerlo. Lo imprescindible, es encontrar una forma creativa de llevar a cabo eso. Lo que quiero decir, es que esa ceremonia de algún modo debe llevarse a cabo y concretarse, porque los intervinientes lo desean. No importa la forma, sino que se lleve a cabo, porque con seguridad va a tener un efecto real. La concreción de una fantasía, aún sea en forma simbólica, tiene siempre efectos reales. En ese ejemplo, el efecto puede ser un compromiso de fidelidad, de expresión de amor, de acercamiento mútuo; y si ambos se consideran casados, en realidad lo están.

Por eso me gustaría terminar reafirmando la idea, de que si una fantasía irrealizable, se lleva a cabo en forma simbólica, las consecuencias de ésta casi siempre son reales.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me hace acordar a la Psicomagia de Jodorowsky. Coincido totalmente, nuestra inconsciente femenino entiende mejor los actos que las ideas. Todas sabemos cuan contundente es la acción de un hombre en nuestra sexualidad para alcanzar la plenitud como hembras. No hay fantasía que sea tan efectiva como una sola noche de sexo adecuado. En este sentido, me parece brillante lo que planteás: buscar la realización de una manera creativa, aún cuando haya limitaciones.

Anónimo dijo...

Yo tenia la fantasia de casarme con mi macho, se lo comente y un día me llevo de fin de semana a Cancún y ahí me regalo un traje blanco como de novia, me lo dió para vestirme y me entrego un ramo, ese día me hizo el amor como nunca y me dijo que era mi luna de miel, me dió una argollla de matrimonio y me senti plenamente feliz, ahora soy su esposa.