¿Cómo debe ser una hembra?

Esta pregunta es muy recurrente, en los lectores que escriben a mi mail personal. Es por eso que en este post, intento dar una explicación a esa pregunta que se hacen muchos de mis amables lectores.

La respuesta a esa pregunta es muy simple: se debe ser, como cada uno es. No se debe guiar por ningún estereotipo, ni por ningún modelo. Simplemente ser auténtico, y expresar nuestra personalidad.

Lo que sí debo aclarar es que si profundizamos en nuestro lado hembra, vamos a ver modificaciones en nuestra personalidad. Pero dichas modificaciones, se harán perceptibles, sólo en presencia de un macho. Esto se explica, porque si bien nuestro lado hembra es personal y nacemos con él, también posee un aspecto relacional. O sea, que se alimenta y crece a través de la interacción que se produce con el macho. De manera que nuestro lado hembra se desarrolla por nuestra propia acción de profundización y conocimiento, pero también por la incidencia que tiene la relación del macho con nosotros. Tal como ocurre en toda relación humana. Por un lado está la introspección que nos permite un autoconocimiento y mejorar lo que creemos que no está bien, y por otro está la influencia de los demás que también nos van moldeando.

Ser hembra, no supone ser alguien distinto de lo que somos. Pero sí supone, que hay un aspecto de nuestra personalidad, que hay que desarrollar y hacer crecer, pero con nuestras propias características personales.

Por eso para desarrollar nuestro lado hembra:
¿Hay que ser sumiso? No, en absoluto. La sumisión en un aspecto que puede darse en un hombre heterosexual, como en una mujer lesbiana. No es una característica inherente a la pasividad total. De tal manera, que si un pasivo total (hembra) siente la necesidad de ser sumiso, desarrollará su pasividad incluyendo ese aspecto.

¿Hay que vestirse de mujer o gustarle las prendas femenina? No, en absoluto. Pero hay quienes las usan, porque sienten que expresan mucho mejor su pasividad, haciendo uso de las mismas. Pero no es inherente a la pasividad, el uso de prendas femeninas.

¿Hay que adoptar poses femeninas? ¿Hay que cambiar la voz? ¿Hay que tener un cuerpo delicado? ¿Hay que parecerse a algún modelo de mujer? A estas como a muchas otras preguntas, la respuesta en NO. Entonces ¿cómo hay que ser? Hay que ser auténtico, tal como uno es. Sin máscaras, y expresando lo que sale de nuestro interior. Es por eso que, cada pasivo total, expresará su interioridad con otro hombre, de formas muy diferentes y utilizado los ingredientes que expresen más y mejor su hembra interior.

El ser hembra, no debe ser ni una preocupación, ni un problema, ni una contradicción con lo que somos. Es un aspecto de nuestra personalidad, como podrían ser otros. Lo consideramos especial, porque no fuimos educados para desarrollar ese aspecto. Y también lo consideramos especial, porque normalmente no hablamos acerca de él, no lo comunicamos a los demás, por cuestiones de presión social. Se vive generalmente en solitario como algo íntimo, que se debe ocultar. Así, vivimos muchos años o toda la vida, con esa espina clavada en nuestro cerebro. La tratamos de olvidar, de reprimir, de enterrar en lo más profundo de nuestra psique, pero ella siempre se da idea para salir de ahí y recordarnos lo que somos. Esa lucha interna entre lo que somos, y lo que pensamos que debemos ser, es tensionante y genera mucho stress y tristeza. Pero si la incorporamos a nosotros mismos, y nos vemos con naturalidad, esa falsa oposición habrá terminado, y lograremos un equilibrio difícil de conseguir por otros medios. Y para comenzar este proceso, lo primero es evitar la pregunta ¿cómo debo ser para ser una hembra?