8.11.16

GÉNESIS DEL CONCEPTO DE HEMBRA

Me parece interesante darles a conocer, el proceso por el cual llegué al concepto de hembra. No es fácil emprender esta tarea, ya que supone hacer un poco de arqueología de mi propio pensamiento. Como todo lo humano, este también fue una proceso. Un proceso, que tuvo una serie de etapas, que no siempre tuvieron la linealidad con la que expongo estas ideas. Hubo avances, retrocesos: tomar conceptos y analizarlos, luego utilizarlos por algún tiempo y finalmente descartarlos, para arribar a otros que, en su momento, los consideré más adecuados a mi situación.  Pasé también por momentos de mucha excitación y necesidad de plasmar mi mundo interior en palabras, y por otros en los que viví mucho más de lo que elaboré. Transité por etapas de mucha coherencia, pero otras de muchas contradicciones. Esto me permitió dar uno o muchos pasos atrás para retomar mi discurso, y tratar de incorporar todos mis sentimientos, sin excluir nada. Ahora ustedes se preguntarán ¿por qué esa urgencia de poner en palabras ese mundo interior? ¿No sería suficientemente gratificante la sola experiencia de vivirlo? La respuesta a esta última pregunta es: No era suficiente, porque siempre tuve un impulso extraño que me empujaba a avanzar. Sabía que había muchas cosas por descubrir. Esa insatisfacción interior que me obligaba a explicar lo que me pasaba, no para sentir la tranquilidad de tener una razón, sino para adquirir un peldaño más para seguir avanzando. Peldaño que muchas veces se quebraba y había que volver a construir otro u otros. Creo que todavía se siguen quebrando y lo seguirán haciendo. Porque el concepto de hembra, no está finalizado, todo lo contrario recién está naciendo.

Comencé mi auto-análisis una vez que me descubrí como pasivo. Me pareció que el concepto de pasivo, era suficiente para explicar la totalidad de mi vida sexual. Pero a medida que el tiempo transcurría y mi relación con un Macho se iba afianzando, empecé a darme cuenta de lo limitado del concepto de “pasivo”, ya que describía únicamente una situación externa. Pero dejaba intactos, mis sentimientos y mi interioridad, o sea las motivaciones que me impulsaban a ser pasivo. No expresaba esa interioridad, y por lo tanto me producía una gran insatisfacción. No trataba de eliminar el concepto de pasivo, sino de darle contenido. Percibía que era pasivo, como expresión de una interioridad que no alcanzaba a entender bien. Sin embargo, sentía que la pasividad, me permitía expresar todo mi erotismo y mucho más que eso.

Elaboré luego la idea de pasivo total “pasivo(t)”. Ahí tuve un pequeño avance conceptual, ya que definía bastante bien alguno de mis sentimientos. El principal, es que expresaba perfectamente que en una relación con un Macho, NO sentía deseos penetrativos. Interpretaba muy bien mi mundo interior en ese sentido, ya que nunca me excitó la idea de penetrar a otro hombre. La idea de pasivo total me dio muchas satisfacciones, pero al poco tiempo empezó a mostrar sus fallas al no poder expresar nuevos sentimientos que iban apareciendo en mis relaciones sexuales. El mundo de lo vivido, sobrepasaba por lejos mi mundo intelectual.

De ahí que, pasé a explorar el concepto de hombre-hembra. Esto se debió a que en mis relaciones sexuales, percibí que ya quedaba poco o nada de mi virilidad. Aún mantenía algunas características viriles, pero intuía que con el transcurso del tiempo, mi Macho me las iría eliminando por completo como ya lo había hecho con algunas (y finalmente mi intuición no me falló). Ya en ese momento,  los roles estaban completamente definidos en la cama, en el trato, en la manera de querer, en la manera de excitarnos etc. Mi interior gozaba plenamente, de algo que no  podía explicar cabalmente. Y era tan intenso ese gozo, que deseaba ir por más. ¿Pero por dónde? Ahí aparece la urgencia de profundizar mi análisis, para ver cómo podía avanzar.

De esa forma, elaboré la idea de hombre-hembra, idea que me dio una satisfacción enorme, porque comencé a pensar y a definir un perfil psicológico. Abandoné la idea de “rol” completamente por considerarla reduccionista, y la sustituí la de “perfil psicológico”, ya que ampliaba mi horizonte conceptual, y permitía incluir en él gran parte de mi universo interno. Ya no era el “pasivo” de un comienzo, sino que empecé  a configurar mi identidad desde el punto de vista psíquico y a integrarla a mis relaciones. Ese descubrimiento, fue trascendental en mi vida sexual-afectiva-emocional. Ahora bien, si bien nunca perdí la conciencia de ser un hombre, y no querer dejar de serlo, las características del mismo no se veían reflejadas en mi interior. Esto es, no pensaba ni sentía como hombre (tampoco lo deseaba), durante las relaciones sexuales. Lo de "hombre" me empezó a molestar,  ya que mi gozo pleno se daba cuando conectaba mi mundo interior, con el mundo de mi Macho. Y en ese mundo, cada vez había menos lugar para el "hombre". Esa conexión me provocaba sentimientos y sensaciones, completamente nuevas y desconocidas para mí. Llegado a este punto, nuevamente me ganó la insatisfacción, y ésta me incentivó a seguir adelante.

Fue en ese momento, cuando elimino de la expresión “hombre-hembra” la primera parte. Me quedo solamente con “la hembra”. Me acuerdo que cuando empecé a llamarme hembra me extrañaba. Y cuando mi Macho lo hacía, al comienzo sentía rechazo, sin embargo veía claramente que el camino iba por ahí. El concepto de hembra, tenía la ventaja enorme, de darme la posibilidad de incluir el siguiente descubrimiento: que en la relación (sea afectiva, sexual, o emocional), desaparecía de mí el hombre y lo viril. Por lo tanto, sólo quedaba en mi interior, el perfil psicológico de una hembra. No de una mujer, ya que nunca sentí deseos de ser una mujer, sino de una hembra. Me sentía hembra, gozaba como hembra, amaba como hembra, y me relacionaba en todos los ámbitos con mi Macho como una hembra.

En medio de este trabajo, surge una nueva idea: la de “hembro”. Esa idea, no es conceptualmente diferente a la de hembra, pero la utilicé como una forma de amortiguar el impacto anímico que produce reconocerse y ser  denominado hembra.

Cada uno de estos descubrimientos, producían en mí tanto gozo, que sentí la imperiosa necesidad de comunicárselo a otras personas. Me desbordó interiormente, y la necesidad comunicativa se hizo urgente. Así nació la idea del Blog. Se originó para contar esta experiencia y terminó en que mis lectores me contaban la suya expresando (para mi asombro hasta el día de hoy) que a ellos les pasaba lo mismo, y que se identificaban con mi experiencia. Y no solamente eso, sino que muchos habían sentido “eso” durante toda su vida, pero que nunca habían encontrado la forma de expresarlo ni se habían animado a hacerlo. De ahí que el Blog, más que un espacio para “aprender”, es un lugar para “expresar”.

En ese sentido, debo agradecer enormemente a ese Macho que por años, hizo que me reconociera como hembra y cambiara mi vida para siempre. Aunque tal vez no lo sepa… por eso, un día me gustaría decírselo personalmente. ¿Estás ahí para escucharlo todavía?

11 comentarios:

kukyfree dijo...

Excelente, le agradezco infinitamente ese concepto que nos regala y en mi caso me define una maraña de sentimientos inexplicables hasta ahora. Gracias.

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo contigo. Debo agregar que dentro de mi descubrimiento, sin tener la necesidad de ser mujer, sí existen características que las envidio y trato de conseguir por mi cuenta. Por ejemplo el tener mi cuerpo depilado. Siento mucho más la masculinidad de mi Macho, mi piel queda más sensible y el vello de mi hombre me exita mucho más.
No necesito de fetiches, sin embargo me encanta que mi Macho se exite con mis gemidos, sentirme de su propiedad y hacerme "una" con él.
No necesito andar de loca por la vida, pero necesito que mi pareja me sienta como un complemento femenino de su masculinidad.

Marcelo dijo...

Kukyfree y Anónimo: muchas gracias por su comentarios y sus palabras. Y sobre todo por compartir su experiencia..! Marcelo

Rozada68 dijo...

muchas gracias, este comentarpio me abrió un inmenso abanico,entre otras cosas me está ayudando en mi fuero interno a cectar cosas qué no quería a cectar pero que estaban hay. gracias de nuevo y que nos sigas ayudando con tus reflexiones.'

Anónimo dijo...

He tenido mis dudas y temor sobre si llevo una hembra interior que no quiero aceptar. Viendo este blog y comentarios, algunos por cierto muy eróticos, me di cuenta de que... no. Sólo es un morbo para mí, tal vez por un desajuste hormonal que con el tiempo fue a menos. Me llena funcionar como hombre. Además soy más fuerte y viril que muchos, y es como si no le veo sentido. Un abrazo.

Clara Sánchez dijo...

Excelente entrada. Explica ese cambio profundo que muchas veces no entendemos cómo surgió. Mis primeros juegos sexuales fueron con un amigo. Eso fue experimental. De chico a chico, dos iguales que transgedían y sentían sensaciones novedosas y placenteras. Apareció un hombre, que se comportó como tal y todo fue distinto para mí. Él me hizo suya, me poseyó, me dominó y una fragilidad desconocida se apoderó de mí. Desde ese momento sólo deseaba complacerlo, excitarlo, sentirme su hembra. Coincido en que depilarme fue consecuencia lógica para sentirlo más profundamente. Especialmente el tiro de cola. Comenzó a regalarme lencería y me dí cuenta que se volvía loco cuando me producía. De esta manera comencé a sentirme cada vez más hembra. El proceso de montaje ya me hacía pensar en él y disfrutarlo. Quería verlo feliz y cada vez que lo veía endurecido no podía ocultar el orgullo de haber sido yo la que producía esa reacción. Él me hizo su hembra, y cada vez fuí más mujercita en la cama. Un macho hace de nosotras su hembra. Sensación inolvidable. Felicitaciones por tu artículo Marcelo. claraamor261@hotmail.com

Raul dijo...

Un epígrafe estimado, lo de rol no sería correcto pues implica que fue aprendido y no creo sea el caso para un "rol" sexual (lo encomillo así implica el error de concepto).
Coincido mucho contigo sin duda es un sentir y un descubrimiento desde los albores de la infancia-preadolescencia hasta la madurez incluso. No es un camino grato también debo decirlo hay que vencer los prejuicios ajenos y los propios que son los peores. Es difícil reconocerse "hembra" como la parte receptiva y la que vive interiormente su sexualidad e incluso en el trato con el macho no solo la sumisión sino como el eje donde uno se ubica respecto a la otra parte.
Ya cuento 44 inviernos y obviamente a estas alturas ya se bien lo que soy, ya he logrado pasar por los 9 infiernos de Dante de los social, lo prejuicioso, la ignorancia y la incomprensión. Ahora me queda una particular bisexualidad (pues en lo afectivo/sentimental me relaciono exclusivamente con mujeres) y con los hombres me pasa todo lo que veo que te pasa a ti.
Un saludo Marcelo felices fiestas por cierto

Insaciable_Nataniel dijo...

"Necesito q mi pareja me sienta como un complemento femenino de su masculinidad " .... Dios de donde sacan estas frases ,, me encanto

Insaciable_Nataniel dijo...

Marcelito eres un erudito. Trabajas en psicología o k? Te expresas tan bien , y has hecho peldaño por peldaño cada ...parrafo .
Y eso es lo exactamente una persona única es ( independientemente de sus gustos o su genero) un mar de expresividad sin miedo alguno ...expresar ya sea por la escritura ,arte, apariencia , personalidad, todo lo q uno siente , todo lo q uno sueña, todo lo q uno sabe lo q quiere para su vida ...me atrevo a decir q independientemente si eso es algo "bueno o malo "

Marcelo dijo...

Strikedux:

Gracias por tus comentarios y por dedicarle tiempo al Blog. Y una aclaración inicial: no soy un erudito. Esa palabra me queda MUY grande, y sobre todo en estos temas que necesitan un tratamiento multidisciplinario. No trabajo en psicología, sino lo que la psicología nos puede aportar para realizar una lectura de la realidad.

Muchas veces veo en tus comentarios, que te salen esas expresiones de admiración por mi trabajo. No debes verlo así. Cuando lees y te encuentras representado en ello, el fenómeno que ocurre es que te admiras de lo que vas encontrando y descubriendo en tí mismo. No hay nada de especial en lo que escribo, lo especial está en tí. Lo único que hago es poner un espejo frente a tí, pero quien se ve y se admira de lo que ve, sos tú. Por eso, te ruego que no admires el espejo, sino la maravilla que es tu interioridad.

Un afectuoso saludo

Marcelo

Anónimo dijo...

Marcelo:
cuando te leo me siento completamente identificado. leo tus procesos internos y siento que explicas en palabras como me siento. sin discriminar a quienes difieren con tus opiniones, creo que aquellos que no comparten tus pensamientos no son pasivos totales. me identifico a mi mismo como pasivo total (sumiso,cariñoso,fiel) y mi psiquis se desarma de placer cuando estoy con mi hombre dandole el placer que se merece, pero es algo que solo demuestro en mi intimidad. quizas eso es lo que mas me gusta de todo, ser un hombre en la "vida cotidiana" que solo se comporta como una hembra en presencia de mi hombre.