Muchas veces hablamos de dominación. Por ejemplo en las expresiones: “el Macho domina a la hembra”, “el Macho debe dominar a la hembra”, “me gusta que el Macho me domine”, “no es Macho si no es dominante”. Y así, podríamos seguir páginas y páginas, citando expresiones que usamos todos los días. Lo que está más o menos claro, es que siempre que hay un Macho dominante, debe haber una hembra dominada. Dominante es quién ejerce el dominio y dominada es sobre quién se ejerce el dominio. Y ambos forman un conjunto indisoluble.
Pero, lo que no está
claro, es en qué consiste ser dominante y en que consiste ser dominada. A que
nos referimos cuando hablamos de Macho dominante y hembra dominada. En otras
palabras, de qué hablamos cuando hablamos de “dominante” y “dominada”.
Ambas expresiones se
usan hasta el hartazgo y con muy diferentes significados. Lo que deseo aclarar
desde un comienzo, es que cuando hablamos de dominante y dominada en las
relaciones Macho-hembra, no lo hacemos en el sentido que le otorga el BDSM.
¿Qué es el BDSM? “BDSM” es
un término creado en 1990 para abarcar un grupo de prácticas y fantasías
eróticas, cuyas siglas significan: Bondage; Disciplina y Dominación; Sumisión
y Sadismo; y Masoquismo. Abarca, por tanto, una serie de prácticas
y aficiones relacionadas entre sí y vinculadas a lo que se denomina
sexualidades no convencionales o alternativas.
Al hablar de
dominante (ama o amo) y dominado (esclava o esclavo), nos referimos a que la
dominación la puede ejercer una mujer sobre un hombre, un hombre sobre una
mujer o un hombre sobre un hombre o mujer sobre mujer. No existe una
correspondencia entre género y dominio o sumisión.
Existen reglas, es decir existen acuerdos, acerca cuáles van
a ser lo límites o cuáles van a ser las prácticas que se van a poder llevar a
cabo. Por lo tanto, los acuerdos son fundamentales en la medida que regulan las
prácticas. También existen límites, que generalmente se traducen en
palabras o gestos claves, que significan diversas cosas, acordadas previamente,
como por ejemplo que ya no se resiste más y debe abandonar la práctica, o que
le gusta y que el dominante debe seguir. También existen trucos, que las
parejas ponen en práctica, para que el juego resulte atractivo, interesante y
sobre todo novedoso para que no se transforme en rutina.
Hasta aquí una
caracterización muy breve, acerca de lo que llamamos BDSM, para poder
diferenciarlo de las relaciones Macho-hembra (M-h).
La primera diferencia, es que en el BDSM, la
dominación-sumisión, no está vinculada al género. Sin embargo en las relaciones
M-h, está vinculada al rol que asume previamente cada uno dentro de la pareja.
La segunda es que siempre se da entre hombres y
el dominante siempre va a ser el Macho y la dominada la hembra y nunca a la
inversa. Al ser entre hombres, Macho y hembra, expresan una identidad profunda
y estable, y que no es reversible. O sea, que una vez que se estableció la
relación, cada uno expresa su propia identidad y no un rol momentáneo a manera
de juego erótico.
Podemos definir la dominación en una relación
M-h, como una característica inherente y
natural al Macho por el cual éste manifiesta su potencia viril, como una forma
de realización personal. Las características específicas de la dominación están
vinculadas a la personalidad de cada Macho. Aunque algunas de esas
características se pueden generalizar. Esto daría para otro post.
10 comentarios:
Me ha pasado en más de una oportunidad, que tan solo con la mirada sentí que el macho me dominaba. Miradas fuertes, seguras, que parecen rayox x que perforaan la piel. Una de esas oportunidades fue en el aeropuerto de Arica, estaba esperando el vuelo de madrugada rumbo a Santiago (yo soy de Perú), y el chico cerca a mí era alto, no tenía facciones de modelo de revista pero sí una carita de chico entre bueno y rebelde, seguro de unos 1.85 mt, algo atlético pero en sí se le notaba fuerte por la camisa que le entallaba deliciosamente. Desde que lo ví sentí que me derretía por dentro, me hizo bajar la mirada de sonrojo, no se porqué. Era fuerte su porte que irradiaba, sobre todo su mirada penetrante, segura de sí mismo. Debió ser todo un macho el muchacho. Solo fueron miradas, nunca hubo otra cosa más. Yo estaba con un familiar visitando Chile. Me pregunto si eso podría considerarse dominación, amigo Marcelo.
Publico un comentario de albertg90@hotmail.com que llegó a mi mail:
Estoy completamente de acuerdo en que el ser dominada es una característica inherente a la hembra, (así suene un poco machista). Esto se complementa con la forma de entender la dominación. Me refiero al sentimiento de acompañar esa dominación con sentirse protegida, abrazada, penetrada por su macho, Sentir como se es poseída y tener dentro de si a su hombre para terminar siendo uno solo. Todo comienza con la seducción, el hombre propone, insinúa, induce, la hembra atraída atiende los avances hasta que se rinde y disfruta entregarse, así entiendo la dominación ante el vencedor: mi macho. Disfruto que me haga suya, sentir a mi macho invadiendo mi cuerpo, mi intimidad y mi corazón. CORY
Hola Marcelo!
Yo como hembra acepto mi rol en todo momento, mi deseo es satisfacer a mi macho pero yo nunca llego a la eyaculacion mi macho si, yo no me masturbo esperando lograrlo solo con la penetracion pero nunca llego asi que dejo que dejo mi macho decida si me quiere masturbar el pero nunca lo hace, y ultimamente me han dado ganas de poder eyacular pero no se como lograrlo, lo maximo que llego es a eyacular pequenas gotas pero no total nose que hacer, me gustaria un consejo tuyo
Hola Anónimo:
Ese es un caso particular. Te ruego que me escribas a mi mail personal, así podemos hablar de ciertos aspectos que son muy personales. Quedo a la espera de tu mail. hombrespasivos@gmail.com
Saludos
Marcelo
Amo que un macho me domine y me haga su puta. Mi mail es rogelio.estratika@gmail.com
Mi mail es rogelio.estratika@gmail.com
Me encanta ser dominada y que un macho me haga su puta. Mi mail es rogelio.estratika@gmail.com
Hola Marce,
Totalmente encantada con tu blog, amo leer tus publicaciones y las de las otras hembras. Personalmente, siento el dominio del hombre, desde el momento que escucho su voz gruesa, no necesita mandar, porque sabe que con solo hablar nosotras vamos a hacer todo para satisfacerlo. Además el macho sabe que somos delicadas y sumisas, tal vez puertas afueras podemos ejercer poder, pero en la intimidad de nuestro hogar el es el que manda. Amo esa sensación de sentirme suya, sentir que el goza con mi entrega total.
Me gustaría ahondar en ese trabajo de sumisión, de responder siempre a mi hombre, demostrándole que yo soy yo quien esta dispuesta para el.
Les mando un besito a todas, Andy de Argentina.
Siempre me conflictuo la palabra dominancia por sus connotaciones de superioridad inferioridad, pues al final mi deseo receptivo es intenso y nunca me han obligado a nada. Ademas hay dos tipos de "dominacion" la de solo por el ejercicio del poder y la de cesion del control para que el otro haga una obra de arte. Esa me gusta. Me gusta que el macho marque el paso y me haga a su modo.,. Es mas un quien lleva el paso del baile y no un "dominio" opresivo.
Yo te escrito pero no contestas
Publicar un comentario