El hombre pasivo: hom-bre hem-bra (hom-bra)
He hablado en varias oportunidades de lo inadecuado de los términos “pasivo” y “activo”. Los mismos tienen en cuenta solamente quien es penetrado y quien penetra en la relación entre dos hombres. En ese sentido creo que hay que avanzar para comprender el tema en toda su complejidad. Sostengo que hay que cambiar ambos términos, pero mientras tanto los seguiré usando por pura comodidad. Y sostengo esto, porque creo que se es pasivo (voy a hablar solamente de nosotros) cuando confluyen una serie de factores de orden psicológico y biológico. Hay una base biológica que nos lleva a ser pasivos, y es la que nos predispone a adoptar determinados perfiles psicológicos. Pasivo uno se descubre, no se elige serlo. Para entender lo de la base biológica, lo primero que hay que entender es la diferencia entre “hembra” y “mujer”. Hembra, hace referencia a lo estrictamente biológico, o sea a las características particulares que un individuo de la especie tiene (en este caso la humana) y que la diferencian del macho. Y mujer, hace referencia a características culturales.
El hombre pasivo, ante todo es un hombre y en forma general se podría decir que no quiere ni aspira a ser mujer. Pero sí creo, que hay una base biológica que lo predispone a comportarse como una hembra en presencia de un hombre que lo atrae. Este es para mí el sustrato básico de todos los pasivos: disfrutan como una hembra. En este intento por disfrutar como una hembra, el pasivo puede o no, hacer que intervengan elementos femeninos (o de mujer) que complementen esa relación.
Si se leen los anuncios de pasivos buscando pareja o sexo, se encontrarán algunos como estos:
I)
a) “Soy 100% pasivo ya que no tengo ereccion alguna por ese motivo difruto el sexo como una verdadera nenita.”b) “Masculino discreto pasivo 100% muy puta en la cama...”c) “Estoy buscando un activo dotado que me haga sentir como una nena en la cama.” d) “Me gusta ser pasivo y que mi compañero sea bien viril, bien activo y me contenga.”
II)
Pero también aparecen: a) “Soy macho pasivo y me gusta el sexo seguro pero con activos.” B) “Soy un tipo tranqui, simple que disfruta mucho del buen sexo entre machos.” C) ” Soy pasivo, y busco relaciones con hombres para practicar sexo entre hombres, y nada de bobadas y plumas...” Si se presta atención veremos que en todos los ejemplos, aparece la idea de relacionarse con otro hombre como una “hembra”.
En I) hasta se habla en femenino. Pero en II) aunque permanece la idea de relacionarse como una hembra (expresan claramente que son exclusivamente pasivos), pero no aceptan que se los trate en forma femenina. La expresión “sexo entre machos”, que es muy usada, significa aceptar ser hembra pero sin ninguna caracterización externa que lo haga aparecer con rasgos femeninos. Tienen la vivencia de ser hembras hacia adentro, pero se relacionan con el otro hombre tal como ellos son. Esto signica que la idea base siempre está: relacionarse como una hembra con otro hombre. Pero después, cada sujeto, vuelca su apariencia hacia lo masculino o hacia lo femenino dentro de la relación. Esto hace que cada pasivo sea un hombre totalmente diferente a la hora de relacionarse con otro hombre.
En conclusión, creo que en el caso de los pasivos, la palabra “hombre” está muy cerca de la palabra “hembra”. Hay sólo una vocal de diferencia. Y creo que esta coincidencia también se da en la realidad.
Al encontrarse un hombre pasivo con otro, inmediatamente algo hace un “clic” en su interior que lo transforma inmediatamente en una “hombre-hembra”. El encuentro con un hombre activo, tiene un poder transformador, ya que en presencia de éste, y por arte de magia de nuestros genes, nos transformamos en una hembra sin perder nuestras características de varón.
Sólo que ese encuentro con un hombre activo que nos gusta, nos hace renunciar voluntariamente a nuestra condición de macho. En presencia de un activo, nuestra capacidad de ser machos se desvanece, y aparece en nosotros la hembra. El activo tiene un poder transformador en nosotros, y es el que desata ese complejo proceso por el cual nos convertimos en hembras (hombres-hembras).
Creo que sería interesante, que nos pensaramos como hembras de otros hombres, sin temor a condicionamientos culturales. Porque este poder transformarnos, con seguridad es genético... ¿qué no lo es? Pero además, nos habla de que nunca dejamos de ser hombres, porque para transformarnos primero tenemos que ser hombres. Nunca está en discusión nuestra dignidad como hombres, porque nuestra transformación es voluntaria. Y cuando un activo nos conquista y nos transforma, somos nosotros mismos. Renunciamos a ser "machos" para llegar a ser el verdadero hombre que llevamos dentro.
Hasta pronto
Marcelo
3 comentarios:
Hola, comparto muchas de tus opiniones pues yo también he descubierto que disfruto tomando actitudes con mi hombre como si fuera su mujer (dejo claro que no soy afeminado), es decir, darle de desayunar, lavarle su ropa, etc. No soy ni me siento un exclavo en términos de sado/maso, sino que entiendo lo que hago como señales de afecto que me corresponden como su pasivo. no habia encontrado alguien que pensara como nosotros. un abrazo Mi msn es rojospain@hotmail.com
Eres un hombre sumiso, él es tu macho y tu su hembra y eso te hace feliz, yo soy pasivo, pero aún soy virgen, si tuviera un amo sería como tu, incluso andaría en la casa son sostén y tanga, que vestirme así me hace libre y feliz. Te felicito y te envidio
Sou homem passivo, que adoro me submeter ao ativo. Mas sou macho que sacia o ativo, serve e dá prazer a ele, mas de homem para homem.... Beijo os pés de meu macho, mas sou macho - ao dispor dos caprichos do meu ativo
Mendo50
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