27.7.07

La preparación es excitante

Este artículo me lo hizo llegar Juan Alberto, un lector de mi Blog que se transformó en colaborador y espero que amigo. Desde aquí te agradezco y espero que sea sólo el inicio de una largo intercambio con nuestros lectores. Un abrazo y muchas gracias.
Es verdad que el pasivo requiere bastante más preparación que el activo, lo cual no es engorroso ni molesto, sino todo lo contrario. A veces, en mi caso, comienza 48 horas antes de mi encuentro de sexo con un hombre y no solamente en los momentos previos al coito propiamente dicho. Según sean los gustos de quien va a penetrarme, practico una sobria depilación (soy bisexual y casado), en particular en aquellas zonas que sé que serán exploradas o penetradas, es decir, el vello que rodea el ano. A veces, reduzco también mi vello del pubis o del escroto, para dar una impresión más delicada, que incite a acariciar y besar. Y también puedo agregar alguna crema humectante sobre todo mi cuerpo para que resulte agradable al tacto.
Quizás haya otros como yo, obsesivos de la higiene, porque me horroriza pensar que puedo ensuciar el miembro de mi compañero con partículas de mis excrementos. Por esto mismo, si es que no puedo hacerlo antes, le pido un poco de paciencia, destinando varios minutos a realizarme una enema hasta que mi recto quede totalmente limpio de impurezas fecales, quedando lo más parecido a una vagina.
Todas estas maniobras con mi propio cuerpo no hacen más que excitarme. En definitiva, me estoy preparando para que un hombre me penetre o, para decirlo con mayor propiedad, me posea, me haga su hembra durante el tiempo que compartamos una cama. Es, en suma, un ofrecimiento, algo así como un homenaje a aquel que me desea y a quien quiero dar lo mejor de mí. Al mismo tiempo, será quien me haga gozar y, por lo tanto, ¿acaso no se lo merece?
Aquellos minutos dedicados a mi higiene anal agregan una expectativa interesante. Sé que él me espera y yo tiendo a apurarme porque me preocupa tanto su impaciencia como la mía. Esto provoca una deliciosa tensión en mí. Quiero y no quiero hacer las cosas apresuradamente. La dilación forzosa incrementa los deseos. Mi entrega posterior será total, y hasta me lleva a una sensación de éxtasis que seguramente surgirá de mi piel. Seguramente él mismo lo percibirá y será mejor para los dos.
Por todo esto, no reniego de la necesaria y trabajosa preparación. En realidad, la disfruto.
Juan Alberto

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy de acuerdo con el artículo

Anónimo dijo...

Hola, yo hago lo mismo que tu, como mis relaciones con macho son cada mes, una semana antes empiezo a preparme, depilacion de las zonas por tí indicadas: ojal, interior de muslos, perineo, escroto, inlges, alrededor de pene, areola de pezones y en ocasiones también las axilas, com obien dices eso indica al macho que estoy lista para su recpeción y en cuanto desee podrá cubrirme.
De igual forma siento mucho respeto por el activo que me ha escojido para cojerme y de esa manera antes de la relaciín siempre siempre me hago un enema, me hace sentir más sumiso, diltada y lubricada me hace más necesario el entregarme a un tio.
Ellos notan claramente cuando un pasivo (t) está totalmente preparado, últimamente para que no haya dudas y sea visible mi disponivilidad me estoy succionando los pezones para tenerlos carnosos y esponjosos, es una de las partes en que se fijan cuando estamos junto a ellos e indican claramente cuando un heombre es pasivo y está receptivo totalmente.
Muy agradecido por tu clase educativa de cómo debe ser la preparación del que es realmente pasivo (t).