12.6.09

¿El pasivo total necesita una re-educación?

Sí, efectivamente, el hombre pasivo total, necesita una re-educación que le permita adecuar sus necesidades interiores (su hembra interior), para poderlas expresar a través de su cuerpo de masculino, cuando entra en relación con un macho. La principal característica de un pasivo total, es que puede expresarse como hembra en toda su pureza, pero conserva el gusto por ser hombre. Es a través de su cuerpo masculino, que desea expresar la hembra que lleva en su interior.

¿El macho también la necesita un re-educación? No, éste no necesita re-educación, pero sí necesita una preparación para entender la re-educación del pasivo total. Necesita entender, las necesidades del pasivo total, para adecuarse a ellas y satisfacer las mismas.

¿Por qué pasa esto? Desde mi punto de vista, porque en el macho no hay inversión erótico-genital-sexual. Sin embargo en el pasivo total, hay inversión erótica, genital y sexual. La palabra inversión hay que tomarla en el sentido de necesidad opuesta.

El pasivo total siente una urgencia interior, que lo lleva a desear gozar de una forma para la que no fue educado. La sociedad al nacer, pone en marcha un proceso educativo-cultural en función de los genitales. También espera de esa persona, unas conductas determinadas en función de los mismos. El problema se plantea, cuando se siente que esa educación es inadecuada, para encarar plenamente la relación con otro hombre.

La sociedad asume dos igualdades: hembra es igual a mujer, y hombre es igual a macho. Si es hombre, culturalmente hay que prepararlo para ser macho. Pero muchos hombres nos damos cuenta, que queremos ser hombres, y nos gusta ser hombres, pero no sentimos la necesidad de ser machos en relación con otros hombres. Todo lo contrario, sentimos la necesidad de ser hembras de otros hombres, por lo menos en la relación sexual.

Esa educación para ser machos que hemos recibido, nos sirve muchas veces, para cumplir con el rol social que se espera de nosotros. Pero no coincide con nuestro yo interior. Para que coincida, se necesita una nueva educación que ponga de manifiesto esa parte de nuestro interior, que la realice, y que la haga sentir plena. De lo contrario, siempre se va a sentir como una carencia, o como un gran deseo frustrado. Muchos pasivos totales, piensan que con el solo hecho de dejarse penetrar, esta faceta interior queda satisfecha. Y en la mayoría de los casos la sola penetración produce cada vez más insatisfacción, y también frustración. No se trata solamente de un tema genital, sino de una vivencia interior en que la penetración es una parte de misma. El pasivo total es, ante todo, mentalmente pasivo. Por eso, antes que un rol, lo defino, como un perfil psicológico. La relación sexual para un pasivo total es plena, cuando éste puede expresar en esa relación todo su yo interior y actualizar su perfil.

Es por eso que no todos los hombres que se dejan penetrar, son pasivos totales. Pero tampoco todos los hombres activos, son machos. Hay muchos hombres que juguetean con la penetración. Incluso, heterosexuales. Los hombres versátiles, intercambian roles, y hacen de pasivos. Pero en ninguno de estos casos, son pasivos totales. Para serlo, debe sentir la necesidad de expresar la hembra interior, a través de un perfil fijo. Esto no quiere decir que los que no son pasivos totales, no sientan placer en la penetración. Pero su placer se agota en la genitalidad.

En los pasivos totales, la penetración se da en plenitud cuando es expresión de una vivencia interior. Y es potenciada por el contexto en que se da la relación, así como el tipo de activo con el que se establece la relación. De manera que para llegar a la plenitud, debe haber dos hombres que necesiten complementarse para expresarse. El macho y el pasivo total, buscan en el otro lo distinto, lo complementario, lo que cada uno necesita pero no tiene. No es una relación entre iguales, sino entre diferentes. Porque cada cual busca en el otro, algo totalmente diferente a lo que es. No busca su réplica, sino su opuesto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En el momento que nos abrimos a esta pasividad y la empezamos a intuir como total, estamos en condiciones de aceptar esta hembra interior y hacerla visible, para que pueda ser satisfecha. Pero esta hembra no es nueva, existe, está escondida en nosotras y el macho es el que crea las condiciones para que se sienta segura y se deje ver. La reeducación creo que es eso, dejar de esconder a la hembra, dejarla ser y procurar que sus necesidades se expongan para que puedan ser satisfechas.

Marcelo dijo...

Hola Ana:

Sí efectivamente, estoy de acuerdo con que la hembra no es nueva. La hembra no se crea en nosotros, sino que ya está. La re-educación tiene la función de mostrar algunos caminos posibles para que la hembra se exprese. Normalmente está escondida por el peso cultural, y la re-educación enseña caminos creativos de expresión. Porque alguien puede querer dejarla salir, pero no sabe cómo, o no se le ocurren alternativas. A las pistas que se le pueden dar a un pasivo total para expresar esa hembra que lleva en su interior, es lo que llamo re-educación. Luego, tendrá que seguir por sí misma.